Juan 9:14 nos muestra el dramático caso de un hombre ciego que recuperó la vista cuando obedeció a Jesús y se lavó en el estanque de Siloé. Este pasaje revela una verdad profunda: "la clave es lavarse". Así como el agua física limpió sus ojos, necesitamos limpieza espiritual para recuperar nuestra visión.
El problema actual es alarmante: muchos creyentes son espiritualmente ciegos sin saberlo, como la iglesia de Laodicea en Apocalipsis a quien Jesús dijo: "no sabes que eres ciego" (Apocalipsis 3:17). Esto exige un autoexamen urgente.
La Biblia nos ofrece tres agentes limpiadores:
"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos" (1 Juan 1:8). Reconocer nuestra necesidad es el primer paso para recuperar la visión.
Proverbios 20:13 advierte: "No ames el sueño, para que no empobrezcas". Este "sueño" representa:
La solución está en el mismo versículo: "Abre tus ojos y te saciarás de pan". Dios nos ha dado capacidad para despertar espiritualmente.
1 Samuel 14:27 relata cómo Jonatán comió miel y "sus ojos fueron aclarados". Esta miel simboliza la revelación de Dios que:
"Cosas que ojo no vio... son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2:9). La revelación transforma nuestra perspectiva.
Recuperar la visión espiritual requiere:
Palabras clave estratégicas: visión espiritual, ceguera espiritual, limpieza espiritual, revelación bíblica, sueño espiritual, pereza espiritual, sangre de Cristo.
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