Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto. Y no os conforméis a este siglo; mas trasformaos por la renovación de vuestra alma, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
ROMANOS 12:1-2

En el Nuevo Testamento encontramos diversas rogativas expresadas por los apóstoles que trascienden hasta nuestro tiempo, y por medio de las que el Señor nos habla para que las atendamos para cuidar nuestra vida y que tengamos una vida cristiana saludable, victoriosa y equilibrada.
Según el diccionario de la Real Academia Española, "rogar" es "implorar, suplicar, pedir, solicitar y llorar"; adicionalmente en el idioma griego se utilizan varias palabras que en nuestro idioma significan "Rogar".
Parakaleo: Es el verbo más frecuente con este significado. Denota literalmente "llamar al lado de uno", y de ahí "llamar en auxilio de uno". Se utiliza para todo tipo de llamada a una persona que tiene como objetivo la producción de un efecto determinado, y de ahí adquiere diferentes sentidos y matices de significado, como alentar, amonestar, confortar, consolar, exhortar y llamar. Strong G3870.
Erotao, significa "Pedir". Strong G2065.
Deomai, significa: Desear, anhelar, representando generalmente la palabra "necesidad". Strong G1189.
Paraiteomai, literalmente significa "Pedir a un lado". Strong G3868.
Agonizomai, se traduce "rogando encarecidamente". Strong G75.
Estos significados nos muestran cómo el Señor por medio de sus ministros ruegan, suplican, solicitan a la Iglesia para que atendamos consejos, instrucciones, mandamientos y advertencias.
Estas rogativas están relacionados con, por lo menos, cinco aspectos, veamos:
1. Nuestra comunión con Dios.
2. La comunión con los ministros.
3. La comunión con los hermanos.
4. La relación con los que viven de forma no adecuada delante de Dios.
5. Relacionadas con nuestra vida diaria.
En Romanos 12 leemos cómo el apóstol Pablo hace la rogativa (Parakaleo), a la Iglesia, pero la hace de tal manera que expresa "les ruego por las misericordias de Dios"; no da una orden o exigencia, sino que nos ruega apelando a las misericordias de Dios, misericordias que cada uno de nosotros hemos recibido y que han restaurado y consolado nuestro corazón.
Veamos algunos aspectos de lo que implica, cómo y la enseñanza para que podamos ofrecernos en sacrificio a Dios:
El podcast de hoy está basado en el libro del Cantar de los Cantares 4:1-2 (RV-1909): 4:1 HE aquí que tú eres hermosa, amiga mía, he aquí que tú eres hermosa; Tus ojos entre tus guedejas como de paloma; Tus cabellos como manada de cabras, Que se muestran desde el monte de Galaad. 2 Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, Que suben del lavadero, Todas con crías mellizas, Y ninguna entre ellas estéril.
Escuchemos acerca del proceso de transformación que la iglesia debe vivir, según el libro del Cantar de los Cantares:
En el Cantar de los Cantares, el amado dirige palabras de admiración a su amada, y entre sus elogios encontramos una imagen poderosa y llena de significado: "Tus dientes, como manadas de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y estéril no hay entre ellas" (Cantares 4:2). Esta descripción, que se repite en Cantares 6:6, va más allá de lo físico; representa las cualidades espirituales que Cristo ve en su iglesia.
El diálogo en Cantares inicia con un llamado: "Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven" (Cantares 2:10). La amada escucha atentamente y obedece, mostrando una comunión constante. Para el creyente, este llamado representa la voz de Jesucristo invitándonos a acercarnos a Él, a levantarnos de nuestra pasividad y avanzar hacia Su presencia.
La hermosura de la amada no es instantánea; es un proceso de transformación. En Cantares 4:1, el amado repite dos veces: "He aquí que tú eres hermosa, amiga mía". Esta declaración refleja un trabajo interno de restauración y santificación que Dios realiza en su pueblo a lo largo de la vida.
Cuando el amado menciona los dientes de la amada, lo hace con una metáfora pastoral que encierra tres verdades espirituales fundamentales:
Los dientes blancos, como ovejas recién trasquiladas y lavadas, simbolizan un lenguaje puro. La amada "lava su boca"; es decir, cuida sus palabras, evita el chisme, la murmuración y la falsedad. Su conversación es transparente y edificante.
La imagen de dientes completos, sin faltar ninguno, contrasta con el "diente quebrado" de Proverbios 25:19, que representa a alguien en quien no se puede confiar, especialmente en tiempos de angustia. La amada es leal: cumple con lo que se espera de ella, defiende a los suyos y es fiel en sus relaciones.
Que todas las ovejas tengan crías mellizas y ninguna sea estéril habla de fecundidad espiritual. Los dientes sanos permiten alimentarse bien, y en lo espiritual, esto se relaciona con el consumo de la Palabra de Dios. Como dice 1 Pedro 2:2: "Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación". La leche representa la Palabra de Dios y la sana doctrina, que fortalecen al creyente y le permiten crecer y vencer enemigos espirituales.
Si hemos fallado en alguna de estas áreas, el mensaje no es de condena, sino de restauración. Dios puede sanar nuestros "dientes quebrados" y transformarnos en hombres y mujeres íntegros, fructíferos y confiables.
La metáfora de los dientes como manada de ovejas nos invita a reflexionar sobre nuestra vida interior y exterior. Que el Señor pueda decir también de nosotros: "Eres hermoso(a), tus palabras son puras, tu corazón es leal y tu vida da fruto". Que avancemos, como la amada, hacia una comunión más profunda con Cristo, permitiendo que Él nos embellezca con Su gracia.
Iglesia de Cristo Ebenezer Villa Nueva, Ministerios Ebenezer
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