EL MILENIO, LA GUERRA DE GOG Y MAGOG Y EL REINO ETERNO

Y vi a un ángel descender del cielo, que tenía la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso sello sobre él, para que no engañara más a las naciones hasta que mil años fueran cumplidos; y después de esto es necesario que sea desatado por un poco de tiempo. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado hacer juicio; y vi las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Mas los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

APOCALIPSIS 20:1-5

La Biblia nos enseña que el Señor Jesús le dio al apóstol Juan la revelación de los eventos finales; del desenlace de los tiempos y de la historia de la humanidad; asimismo le dio la revelación de la derrota completa del diablo, la muerte, el infierno y de todo el reino de las tinieblas; el Señor también le dio la revelación del destino final del universo y todo lo que hay en él.

Después de la guerra de Armagedón empieza el período de mil años en el que el Señor Jesús gobierna desde Jerusalén sobre toda la tierra; ese período finaliza con la guerra de Gog y Magog en la que Dios derrota por completo a sus enemigos y los envía al lago de fuego para finalmente iniciar su reino eterno.

Veamos algunos de los aspectos relacionados con el milenio, la guerra de Gog y Magog y con el reino eterno:

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado hacer juicio; y vi las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Ap. 20:4)

Después de la Gran Tribulación y de Armagedón; es decir al principio del milenio hay un turno de resurrección en el que resucitan los que murieron en la tribulación para lavar y emblanquecer sus vestiduras con la sangre del Cordero; ya resucitados serán sacerdotes de Dios y del Cordero y reinarán con Él durante mil años (Ap. 20:6).

c. La promesa al Hijo de David, Isaías 9:7

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. (Is. 9:7)

El Señor prometió que de uno de los descendientes de David se levantaría un rey que tendría un reino dilatado o prolongado de paz.

Asimismo vemos que Dios envió al ángel Gabriel a María para anunciarle que había hallado gracia y había sido elegida para concebir y dar a luz al Hijo de Dios (Lc. 1:30-33); el ángel le anunció varios eventos de los que algunos ya se cumplieron: 1) Concebiría y daría a luz un Hijo, 2) Se llamaría Jesús, 3) Sería grande, 4) Sería llamado Hijo del Altísimo; adicionalmente están por cumplirse los siguientes: 5) El Señor Dios le dará el trono de David su padre, 6) Reinara en la casa de Jacob por siempre, y 7) Su reino no tendrá fin.

d. El fin de la primera resurrección, Apocalipsis 20:5

Mas los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (Ap. 20:5)

Al final del milenio ocurre el sexto turno de resurrección1 de los cristianos que no dejaron sus pecados e iniquidades, sino que vivieron y murieron en ellos (1 Co. 5:1–5); perdieron sus galardones y coronas a causa del pecado y solamente se salva su espíritu.

Con este grupo se completa la primera resurrección (Ap. 20:5-6).

2. LA GUERRA DE GOG Y MAGOG, APOCALIPSIS 20:7-10

Y cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá para engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y descendió de Dios fuego del cielo y los devoró. Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Ap. 20:7-10)

Cuando finalizan los mil años, Satanás de nuevo será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las razas y naciones de los cuatro ángulos de la tierra para congregarlos a la batalla en contra de Israel.

Satanás reúne a un ejercito numeroso e incontable como la arena del mar y de acuerdo a las profecías de Ezequiel (Ez. 38-39) el ejercito de Gog estará muy bien equipado con todo tipo de armamento bélico (Ez. 38:4) para destruir a Israel (Ez. 38:8, 14, 16), pero el Señor enviará fuego del cielo y lo destruirá (Ez. 38:19-23; Ap. 20:9-10).

Esta guerra no será solamente física, sino que también espiritual porque las potestades de las tinieblas lucharán en contra del ejercito de Dios; tal como ocurrió en el libro de Daniel cuando los príncipes de Persia y de Grecia lucharon en contra del ángel Gabriel y el arcángel Miguel (Dn. 10:13-21). Luego el diablo será lanzado, ya no al abismo, sino al lago de fuego para ser atormentado día y noche para siempre junto con la bestia y el falso profeta (Ap. 20:10); también lanzan hacia el el lago de fuego a la muerte y el infierno (Ap. 20:14).

Después el mar, la muerte y el infierno dan a los muertos que están en ellos y los juzgan según sus obras, y los que no son hallados inscritos en el libro de la vida también son lanzados en el lago de fuego, que es la muerte segunda (Ap. 20.13-15).

3. EL REINO ETERNO, APOCALIPSIS 21-22

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle principal de la ciudad, y a uno y a otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos lo servirán. Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Y allí no habrá más noche; y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos. (Ap. 22:1-5)

El reino eterno inicia después del milenio y de que Dios venció a sus enemigos en la guerra de Gog y Magog, después venció a la muerte (1 Co. 15:26) y lanzó al diablo, la muerte y el infierno hacia el lago de fuego para ser atormentados de día y de noche por los siglos de los siglos (Ap. 20:10, 14).

Veamos algunas de las características del reino eterno que están descritas en los capítulos 21 y 22 del libro de Apocalipsis:

[...]

Es extraordinariamente importante y necesario que la iglesia del Señor Jesús conozca la sana doctrina acerca del tiempo final y sus eventos; es decir acerca del regreso del Señor por su Iglesia, las señales que lo anuncian y los demás eventos que ocurren después; porque es un grave error y un gran peligro desconocer los tiempos (Lc. 19:42-44).

Es igualmente importante que nos preparemos para el regreso del Señor y nuestro encuentro con Él; para ser arrebatados, transformados y estar para siempre con El, y de esa manera no sufrir los castigos y juicios que serán derramados en la pre-tribulación, tribulación, gran tribulación, la guerra de Armagedón y la guerra de Gog y Magog sobre los moradores de la tierra.