22 Y aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fué sepultado. 23 Y en el infierno alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vió á Abraham de lejos, y á Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama. 25 Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Y además de todo esto, una grande sima está constituída entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí á vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
LUCAS 16:22-26 RV-1909
La Biblia enseña que el ser humano está integrado por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23); por lo que cuando la persona muere su ser se desintegra y su cuerpo, alma y espíritu habitan temporalmente en lugares intermedios a la espera de que en la consumación de los eventos descritos en Apocalipsis se le envíe al lugar en donde morará eternamente. El lugar en el que cada quien morará eternamente depende de sí la persona recibió o no el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salvo.
Entendemos en las Escrituras que en el final de los tiempos cada ser humano será juzgado según haya recibido el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salvo o no; los que sí lo recibieron tendrán vida eterna y los que rehusaron recibirlo tendrán condenación eterna (Dn. 12:2; Ap. 20:12-15).
En el juicio final cada persona será integrada en su espíritu, alma y cuerpo; los salvos recibirán su recompensa y galardón según hayan sido sus obras mientras estuvo vivo, pero los perdidos serán condenados y enviados por la eternidad al Lago de Fuego junto con la Bestia, el Falso Profeta (Ap.19:20), Satanás (Ap. 20:10), la Muerte y el Hades (Ap. 20:14).
Veamos algunos aspectos relacionados a los lugares intermedios para el espíritu, alma y el cuerpo:
6 Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto á la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; 7 Y el polvo se torne á la tierra, como era, y el espíritu se vuelva á Dios que lo dió. (Ec. 12:6-7 RV-1909)
6 Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto á la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; 7 Y el polvo se torne á la tierra, como era, y el espíritu se vuelva á Dios que lo dió. (Ec. 12:6-7 RV-1909)
Si la persona sí recibió el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salva, cuando duerme su espíritu regresa a Dios y Él lo envía a la Jerusalém celestial para ser perfeccionado (He. 12:22-24), hasta que resucite de acuerdo al turno de resurrección que haya alcanzado. (1 Co. 15:20-24). Es en la Jerusalém celestial en donde el Señor Jesucristo recibe nuestro espíritu (Hch. 7:59).
Si la persona no recibió el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salva o apostató, cuando muere su espíritu regresa a Dios y Él lo envía a la Babilonia celestial en donde son degenerados según sus obras, transgresiones, pecados e iniquidades (Ap. 18:2).
28 Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Mt. 10:28 RV-1909)
Los pecadores, es decir las personas que no recibieron el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salvos o los creyentes que apostataron, cuando mueren su alma va al lugar intermedio llamado Gehena o infierno para ser castigada por sus transgresiones, pecados e iniquidades por medio del fuego.
Hay que tener presente que el infierno es un lugar distinto con el Lago de fuego, el infierno es un lugar intermedio y el lago de fuego es un lugar permanente o definitivo (Ap 20:13-15).
Los impíos o sea aquellos que mientras estaban vivos sí recibieron el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salvos, pero que no se consagraron para el Señor; cuando duermen su alma va al lugar intermedio llamado Hades para ser purificada por medio de fuego, hasta que paguen el último cuadrante (Mt. 5:26).
En el Evangelio de Lucas vemos el ejemplo de el rico; quien era salvo, pero vivió según los deleites terrenales y cuando murió su alma fue al Hades y estando allí sabe que Abraham es su "padre" y Abraham sabe que él es su "hijo" (Lc. 16:24-25); y solamente son salvos los hijos de Abraham por la fe (Gá. 3:6-7).
Los justos o sea aquellos que mientras estaban vivos sí recibieron el sacrificio expiatorio de Jesucristo para ser salvos y vivieron agradablemente para Dios, cuando duermen su alma va al lugar intermedio llamado Seno de Abraham o Paraíso para descansar y recibir consuelo hasta que suene la final trompeta y resuciten incorruptibles para ser llevados con el Señor y estar para siempre con Él (1 Co. 15:51-52).
En el Evangelio de Lucas también vemos el ejemplo de Lázaro; quien era salvo y no vivió según los deleites terrenales y cuando durmió su alma fue al Seno de Abraham para ser consolado (Lc. 16:24-25). Asimismo vemos que el ladrón que fue crucificado junto a Jesús recibió el regalo de la salvación en el último momento de su existencia y Jesús le dijo: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc. 23:42-43).
11 Y tienen sobre sí por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebraico es Abaddon, y en griego, Apollyon. (Ap. 9:11 RV-1909)
Los lugares intermedios son como la antesala del Reino Celestial para los salvos y del Lago de Fuego para los que se perdieron, ambos lugares son definitivos. Será entonces cuando se cumpla la Escritura donde el Hijo diga a los de la derecha, venid benditos de mi Padre, heredad el Reino; y a los de la izquierda, apartaos de mi, malditos, al fuego eterno. (Mt. 25:34-35).
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