He aquí yo tengo que edifi car casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar perfumes aromáticos delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para holocaustos á mañana y tarde, y los sábados, y nuevas lunas, y festividades de Jehová nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel. Y la casa que tengo que edifi car, ha de ser grande: porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses.
2 CRÓNICAS 2:4-5 RV-1909
La Biblia nos enseña que Dios ofrenda; por ejemplo vemos que Él ofrendó a su Hijo Jesucristo para venir al mundo a dar su vida en pago y rescate por la humanidad (He. 2:14; 10:5-7); y así como Dios ofrenda lo mejor desea que nosotros también lo hagamos.
Vemos que en el Antiguo Testamento, en el tabernáculo y en el templo se ofrecían al Señor ofrendas animales, vegetales, y minerales; también vemos que para la construcción del tabernáculo y del templo se llevaron ofrendas de dinero, joyas bienes materiales, de trabajo y aún la propia vida humana consagrándola a Dios (Ex. 25:1-8; 1 Cr. 29:1-7).
El oro, la plata la tierra y su plenitud, el mundo y todos los que en él habitan le pertenecen al Señor (Hag. 2:8; Sal. 24:1), es decir que todos los bienes materiales que tenemos los hemos recibido de la mano del Señor (1 Cr. 29:14) y solamente somos administradores de ello.
El cristiano debe ofrendar voluntariamente y de corazón (Ex. 25:2; 35:22), porque el Señor primero ve la motivación del corazón y luego ve la ofrenda que le ofrecemos (Gn. 4:4-5); asimismo debemos ofrendar con gratitud, alegría y felicidad por su gran amor y porque nos dio a su Hijo Unigénito para salvarnos.
Cuando ofrendamos con el corazón y la forma correcta para el Señor, Él nos bendice abundantemente en nuestro espíritu, alma y cuerpo; asimismo bendice nuestra familia y nos provee lo material (3 Jn. 1:2; Pr. 3:9-10; 2 Co. 9:6).
Por otro lado también hay personas que tienen malas intenciones o acciones con las ofrendas y sufren trágicas consecuencias como los casos de Caín (Gn. 4:3, 5), los hijos de Elí (1 Sa. 2:17) y Ananías y Safira (Hch. 5:1-2)
Veamos algunos aspectos relacionados a la ofrenda:
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. (Gn. 4:3-5 RV-1960)
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda á Jehová. (Gn. 4:3 RV1909)
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró Jehová con agrado á Abel y á su ofrenda. (Gn. 4:4 RV1909)
Jehová habló a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras. (Éx. 25:1-4 RV-1960)
Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Les dijo Jesús: Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. (Jn. 8:39 RV-SBT)
No haréis así a Jehová vuestro Dios, sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas. (Dt. 12:4-6 RV1960)
Por tanto, consideré necesario exhortar a los hermanos que fueran primero a vosotros, y prepararan de antemano vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como generosidad y no como mezquindad. Pero esto digo: El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2 Co. 9:5-7 RV-SBT)
Por la fe Abel ofreció a Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. (He. 11:4 RV-SBT)
Y además, en mi amor por la casa de mi Dios, el tesoro que tengo de oro y de plata, lo doy a la casa de mi Dios, además de todo lo que ya he provisto para la santa casa. (1 Cr. 29:3 LBLA)Debemos ofrendarle al Señor por amor; es decir que debemos ofrendar porque estamos enamorados de Él porque nos amó primero (1 Jn. 4:19) y nos ha amado con amor eterno (Jer. 31:3).
La palabra "generosidad" se traduce del griego "eulogia" que, entre otros, significa bendición1.
Es decir que cuando ofrendamos bendecimos a la persona que lo recibe y a su vez esa ofrenda se convierte en bendición para nuestra vida.
Dar con generosidad es ser dadivoso; dar con liberalidad, en abundancia y sin interés2; porque la cosecha que recibiremos será proporcional a lo que damos (v. 6; Lc. 6:38).
Asimismo los verso 5 y 6 explican que no debemos ofrendar con mezquidad, ni con escasez, ni con corazón mezquino (Dt. 15:10) para no cosechar escasamente (1 Co. 9:6); por ello debemos ofrendar según nos ha prosperado el Señor (1 Co. 16:2).
Cuando el corazón del cristiano está sano puede diezmar y ofrendar al Señor con buena actitud, disposición, alegría1, gozo, satisfacción e hilaridad2 (Dt. 12:6-7), pero cuando tiene problemas de mezquindad, avaricia o idolatría no da o no da con alegría (Ef. 5:5; 2 Ti. 3:2).
Asimismo en el mismo verso 7 el apóstol Pablo también nos enseña que no debemos de ofrendar con tristeza, ni de mala gana (NTPB), ni por necesidad3 ni por obligación (BPSH), ni con sufrimiento del alma por dar.
Ahora pues, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer tan generosamente todo esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos. (1 Cr. 29:13-14 LBLA)
Por tanto, si trajeres tu ofrenda al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. (Mt. 5:23-24 RV-SBT)
Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra, pero esta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento. (Mr. 12:43-44 RV-SBT)
Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. (Pr. 3:9-10)
El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado. (Pr. 11:25)
Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. (Pr. 3:9-10)
Jehová te oiga en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto. Selah (Sal. 20:1-3)
Levántate, vete á Sarepta de Sidón, y allí morarás: he aquí yo he mandado allí á una mujer viuda que te sustente. (1 R. 17:9 RV-1909)
Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos. [ ] Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Fil. 4:15, 19 RV-SBT)
Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero: mas la sabiduría excede en que da vida á sus poseedores. (Ecl. 7:12 RV-1909)
Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. (Jue. 20:26 RV-1960)
El Señor nos instruye para que diezmemos y ofrendemos en el lugar donde nos congregamos y recibimos el alimento espiritual (Dt. 12:5-6,11) para ser fieles (1 Ti. 5:8).
Cuando diezmamos y ofrendamos con fidelidad participamos en la expansión del evangelio de Jesucristo y Él nos bendice espiritual y materialmente (2 Co. 9:8-14); esto se convierte en un círculo virtuoso porque cuando diezmamos y ofrendamos nuestra alma es prosperada y por ello somos prosperamos en todas las demás cosas para dar con liberalidad para la obra de Dios y de nuevo somos abundados para seguir dando (2 Co. 9:7-11).
Iglesia de Cristo Ebenezer Villa Nueva
Ministerios Ebenezer | #EbenezerVN - #e_vn
13 Calle 14-25, Colonia Santa Isabel 2 o Proyectos, Zona 3 de Villa Nueva, Guatemala.
correo@ebenezervillanueva.org
Todos los derechos reservados 2023
// Desarrollo Web, App's para Android y automatización de Twitter