20 Y el Dios de paz que sacó de los muertos á nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del testamento eterno, 21 Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
HEBREOS 13:20-21 RV-1909
La Biblia muestra que los hijos de Dios estamos llamados a hacer y a practicar las obras buenas o buenas obras que Dios preparó de antemano para que andemos en ellas (Ef. 2:10); e indica que las buenas obras que practiquemos darán testimonio de nuestra fe y devoción en el Dios verdadero y llegarán a hacer que los malhechores glorifiquen a Dios (1 P. 2:12).
La carta a los Hebreos explica que el Dios de paz, por medio de la sangre de Jesucristo, hace apto al creyente para realizar toda buena obra (He. 13:20-21); adicionalmente la segunda epístola a Timoteo explica que para poder practicar las buenas obras el creyente primero debe ser enseñado, redargüido, corregido e instituido en las Escrituras; asimismo debe ser perfeccionado y enteramente instruido para toda buena obra (2 Ti. 3:16).
Hay personas que tienen sus propios conceptos acerca de las buenas obras o tienen sus propias listas de lo que ellos consideran que son buenas obras. Sin embargo para tal propósito es imprescindible primero investigar en la Biblia cuales son las buenas obras que Dios quiere que conozcamos, comprendamos y practiquemos.
En el griego del Nuevo Testamento encon-tramos, por lo menos, tres palabras y dos frases que al idioma español se traducen o pueden traducir buenas obras; estas son: "kalós érgon", "agathós érgon", "euergesía", "agathopoiéō" y agathopoiós.
Existen obras que se pueden hacer hacia Dios, la iglesia, los creyentes o en sentido espiritual que, como lo veremos más adelante, son buenas obras; y existen otras obras que se pueden hacer en relación a los no creyentes o a los necesitados (Lc. 6:33) que, para no confun-dirlas con las primeras, las llamaremos obras de misericordia.
Veamos algunos aspectos relacionados con las buenas obras y las obras de misericordia:
1. INSTRUIDOS PARA TODA BUENA OBRA, 2 TIMOTEO 3:16-17
16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra. (2 Ti. 3:16-17 RV-1909)
La Biblia muestra que fuimos criados en Cristo Jesús para hacer buenas obras (Ef. 2:10); y que hay varios tipos de buenas obras para los que se requiere de un proceso de limpieza, aptitud y equipamiento divino para realizarlas adecuadamente.
Veamos algunos de los requerimientos:
a. Limpieza, Tito 2:14, 2 Ti. 2:21
b. La ministración del Dios de paz, Hebreos 13:20
c. La sangre de Jesucristo, Hebreos 13:20-21
d. Enseñanza, redarguimiento, corrección e instrucción en la Palabra de Dios, 2 Timoteo 3:16
e. Perfeccionamiento y equipamiento, 2 Timoteo 3:17
2. KALÓS ÉRGON
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué dais pena á esta mujer? Pues ha hecho conmigo buena obra. (Mt. 26:10 RV-1909)
La palabra "buena" se traduce del término griego "kalós" que se refiere a todo lo que es intrínsecamente bueno y es positivo, y también significa: Correcto, propio, conveniente, mejor, honrado, honroso, honesto, hermoso, precioso, fino; y se utiliza para indicar lo que está bien adaptado a sus circunstancias o fines1. La palabra "obra" se traducen del griego "érgon" que también significa: Trabajo, hecho, tarea, misión, función, expresión práctica; desempeño, resultado u objeto del empleo, hacer o trabajar.2
Las palabras "kalós" y "érgon" dejan ver que este tipo de buenas obras también incluyen los trabajos, hechos, tareas, funciones y actividades que se hacen y que son intrínseca-mente buenos y positivos; y además son correctos, convenientes, honrados, honestos y honrosos delante del Señor.
Veamos algunas de estas buenas obras:
a. Ungir al Señor, Mateo 26:10
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué dais pena á esta mujer? Pues ha hecho conmigo buena1 obra2. (Mt. 26:10 RV1909)
El Señor explica que la mujer hizo una buena obra cuando le derramó sobre la cabeza el ungüento de gran precio (Mt. 26:7).
Ese ungüento representa la adoración en espíritu y verdad (Jn. 4:23-24) que el cristiano debe ofrecerle al Señor; es decir que cuando adoramos al Señor estamos haciendo una buena obra, y Él se agrada de nosotros.
b. Los milagros del Señor, Juan 10:32
Respondióles Jesús: Muchas buenas1 obras2 os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis?. (Jn. 10:32 RV1909)
El Señor Jesús le preguntó a los judíos por qué razón lo apedriarían, pues ya les había mostrado muchas de las buenas obras del Padre (Jn. 10:31-32).
Este pasaje deja ver que los milagros que el Señor hace también son buenas obras; es decir que cuando el Señor utiliza a algunos de sus hijos para hacer milagros, también hace buenas obras.
c. Anhelar obispado, 1 Timoteo 3:1
Palabra fiel: Si alguno anhela obispado1, buena1 obra2 desea. (1 Ti. 3:1 RV1960)
La palabra "obispado" se traduce del griego "episcopé" que significa: Visitación, castigo, cargo y oficio.
Cuando el cristiano anhela servirle al Señor y ser llamado para el servicio en algunas de las áreas de la iglesia, está deseando una buena obra; por ello cuando le sirve al Señor con temor (Sal. 2:11), alegría (Sal. 100:2) y entendimiento (Pr. 14:35) está haciendo una buena obra.
Asimismo es una buena obra cuando un ministro es llamado a servir, atender, cuidar y alimentar al rebaño del Señor.
d. Criar hijos, 1 Timoteo 5:10
teniendo buen testimonio en cuanto a buenas1 obras2: si hubiere criado hijos1, si hubiere hospedado a los extranjeros, si hubiere lavado los pies de los santos, si hubiere socorrido a los afligidos, si hubiere seguido estrictamente toda buena obra. (1 Ti. 5:10 VM)
Varias traducciones de la Biblia dejan ver que algunas de las buenas obras son: Criar hijos, hospedar, lavar los pies de los santos y socorrer a los afligidos (VM, RV-1995, TRC, TYNDALE 1534, YLT, TBG-1588, TBG-1599).
La frase "criado hijos" se traduce del griego "teknotrofeō" que indica cumplir con los deberes de una madre; y significa: Criar o educar hijos, criar hijos pequeños; criarlos en su crecimiento. Está compuesta por "téknon" (G5043) y "tréfō" (G5142); este último significa: Criar, nutrir, alimentar, dar de comer, sustentar, abastecer, amamantar1.
El ocuparse en criar hijos lo podemos considerar desde varios puntos de vista, uno de ellos es literal familiar y otro es espiritual.
Desde el punto de vista familiar esto deja ver que cuando los padres se ocupan y dedican en criar y educar adecuadamen-te a sus hijos están haciendo una buena obra.
Desde el punto de vista espiritual los significados de "teknotrofeō" y "tréfō" dejan ver que el cristiano hace una buena obra cuando por medio de la Palabra de Dios cría, educa o alimenta a su familia o a sus hermanos en la fe.
e. Hospitalidad, 1 Timoteo 5:10
teniendo buen testimonio en cuanto a buenas1 obras2: si hubiere criado hijos1, si hubiere hospedado a los extranjeros, si hubiere lavado los pies de los santos, si hubiere socorrido a los afligidos, si hubiere seguido estrictamente toda buena obra. (1 Ti. 5:10 VM)
La oración "hospedado a los extranje-ros" se traduce del griego "xenodojéō" que significa: Acoger a los extranjeros, recibir extraños, recibir forasteros, practicar la hospitalidad.
En idioma español "hospitalidad" significa: Virtud que se ejercita con peregri-nos, menesterosos y desvalidos, recogién-dolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades. Buena acogida y recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes1.
La hospitalidad la podemos conside-rar desde varios puntos de vista, uno de ellos es literal y otro es espiritual.
Desde el punto de vista literal, el creyente hace una buena obra cuando es hospitalario, acoge a otros y les presta la debida asistencia en sus necesidades.
Desde el punto de vista espiritual, una iglesia y los creyentes hacen una buena obra cuando acogen de buena manera a los nuevos creyentes o asistentes que empiezan a congregarse y a los que solamente visitan la iglesia.
f. Lavar los pies de los santos, 1 Timoteo 5:10
teniendo buen testimonio en cuanto a buenas1 obras2: si hubiere criado hijos1, si hubiere hospedado a los extranjeros, si hubiere lavado los pies de los santos, si hubiere socorrido a los afligidos, si hubiere seguido estrictamente toda buena obra. (1 Ti. 5:10 VM)
Los pies nos hablan del caminar y la forma de vivir de las personas (Jn. 13:5-10; Lc. 1:79) y parece que es imposible que los pies del cristiano no se ensucien mientras peregrina en este mundo; precisamente por ello necesitamos que sean lavados.
Lavar los pies de los santos nos habla, por ejemplo, de la ministración1; es decir de escuchar, orar y ayudar a los hermanos (Hch. 19:18; Stg. 5:16) para que el Señor haga la obra de limpieza, liberación, restauración y transformación.
El proceso de ministración debe ser continuo para que los pies del creyente se mantengan limpios.
Cada cristiano debe buscar su limpieza espiritual (Tit. 2:14, 2 Ti. 2:21), al Dios de paz (He. 13:20) y ser rociados con la sangre de Jesucristo (He. 13:20-21); asimismo debe buscar ser enseñado, redargüido, corregido e instruido en la Palabra de Dios (2 Ti. 3:16) para ser perfeccionado y equipado para poder realizar toda buena obra (2 Ti. 3:17).