La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía tembién esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. DANIEL 7:4-7
La Biblia contiene la historia de los orígenes del universo, la vida y la humanidad, asimismo contiene la profecía que anticipa y explica el comportamiento, futuro y final de la humanidad; asimismo explica el estado y la situación que experimentan las personas después de la muerte y algunos eventos que ocurrirán durante la eternidad.
Debemos prestar atención al hecho de que, en el contexto del libro de Daniel, la Biblia describe a los imperios, naciones, reyes y gobernantes humanos como bestias salvajes, violentas y feroces (Dn. 7:17).
Las cuatro bestias de la visión de Daniel representan a los cuatro reyes, reinos e imperios con los que, de alguna manera, estuvo involucrada la nación de Israel y dominaron Oriente Próximo y sus alrededores.
En la visión del profeta Daniel vemos a los cuatro imperios contenidos en la imagen del sueño de Nabucodonosor, pero ahora se representa y explica que su carácter es como bestias violentas y rapaces (Dn. 7:3-8). Asimismo en la visión de Daniel vemos información que no está contenida en el sueño de Nabucodonosor, porque después de se indican los diez cuernos se explica que aparece un cuerno pequeño, el undécimo, que representa al anticristo y su gobierno (Dn. 7:7-8) y la máxima representación de la obra de Satanás (2 Tes. 2:3-4).
En el sueño y las visiones de Daniel se le revela que las bestias suben del mar (Dn. 7:3). Recordemos que el mar representa a pueblos, multitudes, naciones y lenguas (Ap. 17:15; Is. 17:12-13) y a los impíos (Is. 57:20).
Asimismo Daniel describe que antes de que las bestias suban hay una gran batalla en el mar; esto muestra de que primero ocurren en los aires las manifestaciones espirituales de los acontecimientos que ocurren en la tierra; también muestra la influencia de las potestades espirituales en algunos de los eventos que afectan a los pueblos, multitudes, naciones y lenguas.
Veamos algunas de las características de las bestias:
La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. (Dn. 7:4 RV-1960)
En la imagen del sueño de Nabucodonosor el imperio Babilonio fue representado como la cabeza de oro y ahora está descrito como un león.
El león se refiere a la ferocidad, crueldad y brutalidad de los ejércitos babilonios para conquistar sus dominios; asimismo se refiere al carácter del propio imperio.
El león es un animal veloz que alcanza hasta 80 Km/h; y esto explica una de las razones de la rapidez con que conquistaron y expandieron su territorio.
Daniel ve al imperio Babilonio con alas de águila debido a la rapidez con que sus ejércitos conquistaban a sus enemigos (Ez. 17:3-7, 12). Asimismo es interesante que los arqueólogos han encontrado en Babilonia monumentos y pinturas animales con cuerpo de leones, alas de águila y cabeza humana1.
Esto nos habla de que la velocidad y el crecimiento del imperio Babilonio fueron cortados cuando alcanzaron la grandeza que tenía predeterminada, para luego pasar a su decadencia y su fin (Jer. 25:12).
Asimismo nos habla de que Dios arrancó la grandeza de Nabucodonosor y lo redujo a la condición de animal hasta que se arrepintió delante de Él (Dn. 4:33-34).
Esto se refiere a la transformación que Dios efectuó en Nabucodonosor cuando le quitó la condición de bestia y lo restauró al estado humano (Dn. 4:34).
Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. (Dn. 7:5 RV-1960)
El oso es menos majestuoso y veloz que un león; es un animal poderoso, pero lento, que aplasta a su presa.
Esta era la característica a los Medo-Persa. Este imperio no ganaba las guerras con estrategias militares, sino que por la fuerza de la multitud de sus soldados. Por ejemplo Jerjes comandaba un ejército de dos millones y medio de soldados y otros generales persas comandaban ejércitos de gran cantidad numérica.
El lado más alto del oso representa la preeminencia de los Medos sobre los Persas al principio del imperio; pues el territorio dominado por los persas era de grandes dimensiones.
Incluso la misma noche que asesinaron a Belsasar, el último rey de los Caldeos, es decir Babilonia, Darío el medo tomó el reino (Dn. 5:28-31).
Otro punto de vista indica que el lado más alto del oso representa la preeminencia de los Persas en el desarrollo del imperio e indican a Ciro como su rey más importante (2 Cr. 36:23; Dn. 5:28).
Las tres costillas representan las conquistas de los reinos de Lidia, Babilonia y Egipto a quienes vencieron y destruyeron los ejércitos Medo-Persas (Is. 13:17-22; 21:1-2; Jer 51:11, 28).
Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. (Dn. 7:6 RV1960)
Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. (Dn. 8:6-7 RV1960)
La primera bestia como león tenía dos alas de águila y por ello conquistó con presteza su territorio y aumentó su imperio porque su velocidad estaba representada en sus alas.
El leopardo tiene cuatro alas que explican la mayor velocidad para conquistar su reino; asimismo recordemos que el leopardo es un animal veloz que alcanza hasta 58 Km/h.
Es muy conocido el hecho histórico que los pequeños ejércitos ligeros y bien disciplinados de Alejandro el Grande vencieron en un corto periodo a sus enemigos.
Las cuatro cabezas representan a las principales divisiones del imperio Griego después de la muerte de Alejandro Magno.
Alejandro Magno fue sucedido por sus cuatro principales generales quienes tomaron para sí una porción del imperio Griego:
[...]
Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. [ ] Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies. (Dn. 7:7-8, 19 RV1960)
Es importante notar que las bestias anteriores eran semejantes a animales que existen en la tierra; sin embargo la cuarta bestia es tan extraña que no tiene semejanza con ningún animal que existe sobre la tierra.
Esta bestia es espantosa, terrible y en gran manera fuerte; además tiene grandes dientes de hierro y garras de bronce con los que devora, desmenuza y destruye todo lo que se encuentra en su camino (Dn. 7:19).
El imperio Romano era en gran manera fuerte porque permaneció mucho varios siglos; además se caracterizó porque fue diferente a los imperios anteriores (Dn. 7:23) porque fue más violento, cruel y sangriento; el hierro y el bronce hacen énfasis y resaltan ese carácter bestial del imperio Romano que opacó a los imperios que lo precedieron; cuando el ejercito romano iba a la guerra desmenuzaba, destruía, trillaba y despedazaba todo lo que estaba a su paso (Dn. 7:23).
Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. (Dn. 7:24 RV1960)
Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. (Dn. 7:25 RV1960)
Debemos poner nuestros ojos y nuestra atención a las profecías escritas en la Biblia porque ellas son la palabra profética más segura a la cual debemos estar atentos siempre porque es como una antorcha que ilumina en la oscuridad; la palabra profética nos orienta y nos explica los eventos y los tiempos que anuncian el regreso secreto del Señor Jesucristo para llevarse a su amada Novia para que esté siempre con Él (2 P. 1:19-21).
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