Este es el sueño: la declaración de él diremos también en presencia del rey. Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, potencia, y fortaleza, y majestad. Y todo lo que habitan hijos de hombres, bestias del campo, y aves del cielo, él ha entregado en tu mano, y te ha hecho enseñorear sobre todo: tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de metal, el cual se enseñoreará de toda la tierra. Y el reino cuarto será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y doma todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas, desmenuzará y quebrantará. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con el tiesto de barro. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte, y en parte será frágil. Cuanto á aquello que viste, el hierro mezclado con tiesto de barro, mezclaránse con simiente humana, mas no se pegarán el uno con el otro, como el hierro no se mistura con el tiesto.
DANIEL 2:36-43
La Biblia nos enseña que Dios cambia los tiempos, quita y pone reyes; revela misterios profundos y escondidos; asimismo anuncia con anticipación lo que sucederá para mostrar su omnisciencia por ello le dio un sueño al rey de Babilonia, Nabucodonosor, para mostrarle su poder y hacerle entender los acontecimientos futuros por medio de Daniel.
La estatua del sueño de Nabucodonosor puede interpretarse desde distintos ángulos; en este estudio veremos algunos aspectos de los cinco imperios mundiales, del anticristo y su espÃritu (Dn. 2:38-45).
La estatua estaba formada por cuatro metales; la cabeza era de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y muslos de bronce, las piernas de hierro y los pies en parte de hierro y en parte de barro; estas cuatro partes representan a cuatro imperios que serán desmenuzados por una piedra que es cortada, pero no con mano humana; esta piedra será el quinto y último imperio que pondrá fin a todos los reinos. Veamos:
Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, potencia, y fortaleza, y majestad. Y todo lo que habitan hijos de hombres, bestias del campo, y aves del cielo, él ha entregado en tu mano, y te ha hecho enseñorear sobre todo: tú eres aquella cabeza de oro. (Dn. 2:37-38 RV-1909)
Y fué echado de entre los hijos de los hombres; y su corazón fué puesto con las bestias, y con los asnos monteses fué su morada. Hierba le hicieron comer, como á buey, y su cuerpo fué bañado con el rocÃo del cielo, hasta que conoció que el altÃsimo Dios se enseñorea del reino de los hombres, y que pondrá sobre él al que quisiere. (Dan. 5:21 RV-1909)
En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los prÃncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabidurÃa, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. (Dn. 1:1-2 RV-1960)
En oyendo el son de la bocina, del pÃfano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postraréis y adoraréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado: Y cualquiera que no se postrare y adorare, en la misma hora será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. (Dn. 3:5-6, RV-1960)
La cabeza de esta imagen era de fino oro; sus pechos y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de metal; […] Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de metal, el cual se enseñoreará de toda la tierra. (Dn. 2:39 RV-1909)
Todos los presidentes del reino, magistrados, gobernadores, grandes y capitanes, han acordado por consejo promulgar un real edicto, y confirmarlo, que cualquiera que demandare petición de cualquier dios ú hombre en el espacio de treinta dÃas, sino de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. (Dn. 6:7 RV1909)
Ahora, oh rey, confirma el edicto, y firma la escritura, para que no se pueda mudar, conforme á la ley de Media y de Persia, la cual no se revoca. Firmó pues el rey DarÃo la escritura y el edicto. (Dn. 6:8-9 RV1909)
Llegáronse luego, y hablaron delante del rey acerca del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que pidiere á cualquier dios ú hombre en el espacio de treinta dÃas, excepto á ti, oh rey, fuese echado en el foso de los leones? Respondió el rey y dijo: Verdad es, conforme á la ley de Media y de Persia, la cual no se abroga. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel que es de los hijos de la cautividad de los JudÃos, no ha hecho cuenta de ti, oh rey, ni del edicto que confirmaste; antes tres veces al dÃa hace su petición. (Dn. 6:12-13 RV1909)
La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. (Dn. 2:32; 39 RV1960)
Alejandro Magno expandió y reinó el imperio Griego desde los 20 años hasta los 33, es decir durante trece años; se consideraba un hijo de Zeus y también un dios; asimismo murió repentinamente a los 33 años.
Después de conquistar el imperio Medo Persa, Alejandro Magno demandaba que lo adoraran y mandaba a matar a quienes se negaban a hacerlo.
Y algunos filósofos1 de los Epicúreos2 y de los Estóicos, disputaban con él; y unos decÃan: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección. (Hch. 17:18 RV1909)
(Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ninguna otra cosa entendÃan, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.) (Hch. 17:21 RV1909)
Estando pues Pablo en medio del Areópago1, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más supersticiosos2. (Hch. 17:22 RV1909)
Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo. (Hch. 17:23 RV1909)
Y el reino cuarto será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y doma todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas, desmenuzará y quebrantará. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con el tiesto de barro. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte, y en parte será frágil. Cuanto á aquello que viste, el hierro mezclado con tiesto de barro, mezclaránse con simiente humana, mas no se pegarán el uno con el otro, como el hierro no se mistura con el tiesto. (Dn. 2:40-43 RV1909)
Y un dÃa señalado, Herodes vestido de ropa real, se sentó en el tribunal, y arengóles. Y el pueblo aclamaba: Voz de Dios, y no de hombre. (Hch. 12:21-22)
No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquÃ, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez dÃas. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. (Ap. 2:10 RV1909)
Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con el tiesto de barro. (Dn. 2:41 RV1909)
Estabas mirando, hasta que una piedra fué cortada, no con mano, la cual hirió á la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fué también desmenuzado el hierro, el barro cocido, el metal, la plata y el oro, y se tornaron como tamo de las eras del verano: y levantólos el viento, y nunca más se les halló lugar. Mas la piedra que hirió á la imagen, fué hecha un gran monte, que hinchió toda la tierra. [Â…] Y en los dÃas de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá: y no será dejado á otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre. De la manera que viste que del monte fué cortada una piedra, no con manos, la cual desmenuzó al hierro, al metal, al tiesto, á la plata, y al oro; el gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir: y el sueño es verdadero, y fiel su declaración. (Dn. 2:44-45 RV1909)
La palabra profética del Señor se ha cumplido y nos anuncia lo que sucederá para que nos consagremos al Señor y no participemos de los juicios que vienen para los moradores de la tierra. La única solución para la decadente humanidad es recibir la salvación que Dios nos regala por medio de su Hijo Jesucristo para participar en el reino eterno.
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