1 Y COMO se cumplieron los días de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos; 2 Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría, el cual hinchió toda la casa donde estaban sentados; 3 Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen.
HECHOS 2:1-3 RV-1909

La Biblia muestra que Dios se ha revelado a los suyos a través de los tiempos en las manifestaciones de su tri-unidad para salvarlos, cumplir sus propósitos y bendecirlos.
En el Antiguo Testamento vemos que el Padre principalmente se manifiesta a la humanidad y a Israel; en los Evangelios vemos que el Hijo principalmente se manifiesta a Israel y a partir del libro de los Hechos vemos que es el Espíritu Santo quien principalmente se manifiesta a la iglesia.
A través del tiempo vemos al Espíritu Santo actuando con el Padre y con el Hijo; por ello vemos que algunas veces se manifestó en el Antiguo Testamento y en los Evangelios, por ejemplo, para llenar a algunas personas y actuar en Israel.
Sin embargo fue a partir de la fiesta de Pentecostés, descrita en el libro de los Hechos capítulo 2, que el Espíritu Santo vino a la iglesia y en los creyentes para morar y obrar en ellos.
Una "era" es un período de tiempo que se cuenta a partir de un hecho destacado. Es un momento concreto en el tiempo que se calcula a partir de un hecho o fecha determinada1.
Al referirnos a la era del Espíritu Santo nos referimos al tiempo en el cual el Espíritu Santo principalmente se manifiesta y a la obra que Él realiza en la iglesia.
En este estudio haremos un acercamiento a la era del Espíritu Santo a través de algunos de los versos en los que la Biblia habla del Espíritu Santo.
Veamos algunos aspectos relacionados a las manifestaciones de Dios:
1. LA MANIFESTACIÓN DE LA TRI-UNIDAD DE DIOS, 1 JUAN 5:6-8
6 Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre: no por agua solamente, sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio: porque el Espíritu es la verdad. 7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno. (1 Jn. 5:6-8 RV-1909)
La Biblia muestra que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios (Mt. 28:19; 1 Jn. 5:6-8); y ellos son quienes se acercan y revelan al ser humano para salvarlo y bendecirlo.
Veamos algunos enseñanzas relacionadas a las manifestaciones de Dios a la humanidad, Israel y a la iglesia:
a. La era del Padre, Éxodo 3:14
14 Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros. (Ex. 3:14 RV-1909)
Esta época corresponde al tiempo que abarca el libro de Génesis y el resto del Antiguo Testamento en la Biblia.
En esa época se manifiesta Dios Padre, es decir Jehová, y primero trata con toda la humanidad y luego exclusivamente con Israel.
b. La era del Hijo, Juan 1:14
14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Jn. 1:14 RV-1909)
Corresponde al tiempo que abarcan los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
En esta época se manifiesta Dios Hijo, es decir Jesús, y trata con Israel, pero durante su crucifixión nace su iglesia.
c. La era del Espíritu Santo, Hechos 2:1-4
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen. (Hch. 2:14 RV1909)
Inicia desde el momento en que el Espíritu Santo descendió en Pentecostés y se extiende hasta el tiempo que abarca Apocalipsis.
En esta era o época se manifiesta Dios Espíritu Santo y trata con la iglesia del Señor; esto lo vemos en la Biblia desde el libro de los Hechos en adelante.
2. LA MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, ISAÍAS 63:11
11 Empero acordóse de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir de la mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su espíritu santo? (Is. 63:11 RV-1909)
El Espíritu Santo ha actuando con el Padre y con el Hijo; por ello vemos que algunas veces se manifestó en el Antiguo Testamento y en los Evangelios, por ejemplo, para llenar a algunas personas y actuar en Israel.
Veamos algunos versos que muestran la manifestación del Espíritu Santo en las distin-tas eras:
a. El Espíritu Santo en la era del Padre, Isaías 63:11
11 Empero acordóse de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir de la mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su espíritu santo? (Is. 63:11 RV-1909)
El Espíritu Santo se manifestó algunas veces en la era del Padre; descendía temporalmente sobre las personas para ungirlas, guiarlas y bendecirlas (Sal. 51:11; 143:10; Is. 42:1; 44:3; 63:10-11; Zac. 2:6), pero también se apartaba de ellos.
El Espíritu Santo inspiró a los escrito-res de los libros de la Biblia (Mr. 12:36; He. 3:7; 9:8; 2 P. 1:21) para escribir la Palabra que el Padre le daba.
Por otro lado, vemos que desde el Antiguo Testamento el Padre anunció que el Espíritu Santo estaría sobre su Hijo (Is. 11:2-5; 42:1-4; 59:21); y también dio la promesa del derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia (Joe. 2:28-29; Hag. 2:5-7).
b. El Espíritu Santo en la era del Hijo, Lucas 1:15
15 Porque será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra; y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el seno de su madre. (Lc. 1:15 RV-1909)
El Espíritu Santo también se manifes-tó algunas veces en la era del Hijo; por ejemplo, vemos que llenó temporalmente a algunas personas (Lc. 1:15, 41, 67); estuvo sobre otros, les dio respuestas y los guió (Lc. 2:25-26).
El Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma (Mt. 3:16; Mr. 1:10; Lc. 3:22; Jn. 1:32; Mt. 12:18); y el Señor Jesús les dio el Espíritu Santo a los apósto-les para no dejarlos huérfanos (Jn. 20:22)
En los evangelios se da la promesa de que el Espíritu Santo bautizará1 a los que se han arrepentido y creen Jesús (Mt. 3:11; Mr. 1:8; Lc. 3:16; Jn. 7:39).
c. La era del Espíritu Santo, Hechos 2:1-6
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen. (Hch. 2:14 RV1909)
La era del Espíritu Santo empezó desde la fiesta de Pentecostés descrita en el libro de los Hechos capítulo dos, cuando Él descendió con gran estruendo sobre los discípulos que conformaban la iglesia de aquel entonces, les aparecieron lenguas como de fuego, los llenó y hablaron en nuevas lenguas; pero ahora nunca más se apartó de la iglesia (Hch. 2:1-6).
En el resto de este tema y en unos próximos de esta misma serie, con la ayuda del Señor, continuaremos con el acerca-miento a la era del Espíritu Santo.
3. LOS NOMBRES Y LAS MANIFESTACIONES DEL ESPÍRITU SANTO
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros. (Jn. 14:16-17 RV-1909)
Hemos visto que el Espíritu Santo se mani-festó algunas veces en la era del Padre y en la era del Hijo e hizo obras extraordinarias en esos tiempos, pero a partir de Pentecostés (Hch. 2) descendió para manifestarse, habitar en la iglesia y nunca más alejarse de ella; asimismo vino para habitar dentro de cada creyente, llenarlo y bauti-zarlo.
Asimismo vemos en la Biblia que el Espíritu Santo se manifiesta a la iglesia y al cristiano de diversas maneras para hacer su obra.
Veamos algunos de los versos que muestran las manifestaciones del Espíritu Santo:
a. El Espíritu de Jehová, Isaías 11:2
1 Y SALDRÁ una vara del tronco de Isaí, y un renuevo retoñecerá de sus raices. 2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. (Is. 11:1-2 RV-1909)
El profeta Isaías explica que el Espíritu de Jehová, es decir el Espíritu Santo, es Espíritu de sabiduría y de inteli-gencia; es Espíritu de consejo y de fortale-za; y es Espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
Es decir que el Espíritu Santo vino para ministrarnos y llenarnos con un espíri-tu de sabiduría e inteligencia; con espíritu de consejo y fortaleza; y con espíritu cono-cimiento y temor de Jehová.
b. Como paloma, Lucas 3:22
22 Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y fué hecha una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido. (Lc. 3:22 RV-1909)
El evangelio de Lucas explica que el Espíritu Santo descendió en forma corporal como paloma sobre el Señor Jesús.
Esta era la señal que el Padre le había dicho al profeta Juan el Bautista, que sobre quien descendiera el Espíritu Santo ese era el Hijo de Dios (Jn. 1:32-34).
c. Ríos de agua viva, Juan 7:38
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva1 correrán de su vientre. 39 (Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él: pues aun no había venido el Espíritu Santo; porque Jesús no estaba aún glorificado.) (Jn. 7:38-39 RV-1909)
El Espíritu Santo es como ríos de agua viviente que corren dentro de cada creyente que ha bautizado y que quita el secadal y el desierto (Is. 41:18; 43:19; 44:3) y nos bendice, nos influye la vida sobrenatu-ral y divina; nos limpia (Ap. 22:1); convierte en tierra fértil (Is. 41:18-19) y nos permite dar el fruto del Espíritu (Ap. 22:2) para nuestro beneficio espiritual, el de nuestra familia, el de nuestros hermanos y de las demás personas que nos rodean.
Debemos pedir y buscar el bautismo y la llenura del Espíritu Santo para que sus ríos corran adentro de cada uno de noso-tros.
d. Consolador, Juan 14:16
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador1, para que esté con vosotros para siempre: (Jn. 14:16 RV-1909)
La palabra "Consolador" se traduce del griego "parákletos" que literalmente es llamar al lado de uno, en ayuda de uno; y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para indicar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmen-te, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela, intercesor, auxiliador, consolador, intercesor, abogado, confortador.
Los significados anteriores muestran que el Espíritu Santo está adentro de noso-tros para socorrernos, auxiliarnos, ayudar-nos, defendernos, consolarnos y confortar-nos; Él también intercede por nosotros, es nuestro abogado y siempre estará con nosotros (Jn. 14:16).
e. Espíritu de Verdad, Juan 14:17, 15:26; 16:13; 1 Juan 4:6
17 Al Espíritu de verdad1, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros. (Jn. 14:17 RV-1909)
El Espíritu Santo también es Espíritu de verdad, veracidad, realidad, rectitud y fidelidad; el Padre lo puso adentro de nosotros para que no seamos engañados sino que dejemos que nos guíe hacia toda verdad; asimismo está adentro de nosotros para convertirnos en personas veraces, rectas y fieles.
El Espíritu Santo está adentro de nosotros para conducirnos hacia la realidad de Dios para nosotros y de las cosas.
El Espíritu Santo no habla de sí mismo, sino que nos habla todo lo que oyere del Padre y también nos hace saber las cosas que vendrán (Jn. 16:13).
f. Espíritu de santidad, Romanos 1:4
3 Acerca de su Hijo, (que fué hecho de la simiente de David según la carne; 4 El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro, (Ro. 1:3-4 RV-1909)
El Espíritu Santo es Espíritu de Santidad y levantó al Señor Jesús del lago de fuego en la resurrección1; asimismo quiere hacer la obra de liberación, restauración, purificación y santificación; asimismo para perfeccionar la santidad en cada uno de los creyentes (2 Co. 7:1) para, por ejemplo, ser arrebatados en el regreso del Señor Jesús por su novia (He. 12:14).
g. Sello de Dios, Efesios 1:13
13 En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, (Ef. 1:13 RV-1909)
El Espíritu Santo es el sello de Dios en quienes hemos recibido la palabra de verdad, el evangelio de la salvación, cree-mos en el Señor y hemos experimentado el nuevo nacimiento1 (Ef. 4:30).
El Padre nos selló como su propiedad y para Él cuando puso las arras de su Espíritu Santo adentro de nosotros (2 Co. 1:22; 5:5; Ef. 1:14).
h. Espíritu de gracia, Hebreos 10:29
29 ¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, é hiciere afrenta al Espíritu de gracia? (He. 10:29 RV-1909)
El Espíritu Santo también es Espíritu de gracia para que podamos vivir para el Señor de acuerdo a su Palabra; para que podamos vencer el pecado y podamos disfrutar de la gracia del Padre, del Hijo y Él nos dan.
El Espíritu Santo por su gracia1 nos da dones (Ro. 12:6); nos da una gran gracia (Hch. 4:33) y una mayor gracia (Stg. 4:6) asimismo nos concederá de una gracia especial para poder ser completados para el encuentro con el Señor Jesús (1 P. 1:13)
Debemos darle gracias al Señor por haber-nos dado adentro de nosotros a su Espíritu Santo cuando nos hizo nacer de nuevo por todas las grandiosas bendiciones que nos regala; asimismo debemos pedir y buscar pacientemente el bautismo y la llenura del Espíritu Santo para que siga haciendo y perfeccionando su obra extraordinaria en nuestra vida.