Entonces marchó el rey con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá). Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David.
2 SAMUEL 5:6-7
La Biblia deja el registro de personas que no se caracterizaron por tener virtudes o por hacer obras poderosas, tampoco por su obediencia ni su santidad, sino por las enfermedades o incapacidades físicas que tuvieron y que los limitaron en el desarrollo de su vida y que fueron obstáculos para hacer las cosas que Dios esperaba de ellos.
En el Antiguo Testamento hubo personas que, aúnque nacieron para ser sacerdotes porque nacieron en la tribu de Leví, no ejercieron el sacerdocio porque sus incapacidades físicas no se lo permitieron. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, también hubo lisiados, pero al encontrarse con Jesucristo fueron sanos para alcanzar y hacer las cosas que Dios esperaba de ellos.
Esos lisiados representan áreas de la vida del cristiano en las que aún está incapacitado para caminar en pos del Señor, áreas del alma que rehuyen a rendirse al Señor para alcanzar la libertad a la que Él nos ha llamado, por lo que es imprescindible que nos examinemos y reconozcamos los impedimentos en nuestra alma, para llegar delante de Jesús para que nos sane y libere.
Según el diccionario de la Real Academia Española, un cojo es "Una persona o animal que cojea, bien por falta de una pierna o pie, bien por pérdida del uso normal de cualquiera de estos miembros. Dicho de algunas cosas inanimadas, como un banco o una mesa: Que se balancean a un lado y a otro."
La Internacional Standard Bible Encyclopedia, ISBE, indica que cojera es "La condición de ser incapaz o imperfectamente capaz de caminar".
En el idioma hebreo encontramos, por lo menos, tres palabras que nos aplían el significado bíblico de lo que es ser lisiado o cojo:
- Naké: Herido, mutilado o abatido, lisiado (Strong H5223). Abatir es hacer perder el ánimo, las fuerzas y el vigor. Según el BDB, significa: Herido y golpeado con violencia.
- Pisséakj: Cojo, lisiado (Strong H6455). Lisiado es quien tiene alguna lesión permanente, especialmente en las extremidades.
- Pasákj: Significa, entre otras cosas, vacilar, claudicar y quedar cojo (H6452)
Veamos algunas de las consecuencias de ser lisiado, y cómo el cristiano puede encontrar la sanidad y liberación de su alma:
En el Antiguo Testamento los cojos o lisiados no podían acercarse al Señor para ejercer su oficio sacerdotal. Esto nos habla que la cojera del alma es un estorbo para que el cristiano se acerque al Señor, es decir, se resiste a acercarse al Señor para ser libre y lo tienen atado o esclavizado (Dt. 15:19; 1 R. 18:20-22)
Las personas que esperaban a que el ángel moviera las aguas para meterse en ellas y ser sanos (Jn. 5:1-4), nos hablan que existen distractores que desvían la atención del cristiano para que no busque a Jesucristo para ser sano y libre, sino que busque cosas o situaciones que no provienen de Dios.
La cojera también se refiere a áreas en las que el alma del cristiano no quiere ser libre, sino que prefiere seguir viviendo de acuerdo a sus criterios, conceptos y creencias, que no están de acuerdo con lo establecido por el Señor.
Esto precisamente lo leemos en Éxodo 14:10 al 12, cuando los israelistas preferían seguir siendo esclavos de los egipcios, que buscar, avanzar y luchar por su liberación.
Mefi-boset quedó lisiado de sus dos pies a los cinco años cuando su nodriza lo botó. Este también era llamado "Meri-baal" (1 Cr. 8:33), que significa: Resistir a Baal, contender a Baal y el que vence a Baal; sin embargo, no fue capaz de vencer a nadie, porque su cojera afectó profundamente su alma y le impidió hacer la obra de Dios.
Esto muestra que la cojera del alma, afecta de tal manera al cristiano, que le impide obtener las victorias que Dios tiene dispuestas para él, por ello vive derrotado. Estos problemas los vemos en el rey Joás, quien no tuvo la capacidad para destruir a sus enemigos y por lo tanto no alcanzó los propósitos de Dios para él e Israel (2 R. 13:14-19)
Ahora bien, en 2 Samuel 9: 11 al 13 leemos que a pesar de que Mefi-boset comió a la mesa de David como uno de sus hijos, no obtuvo victorias por sí mismo. Esto nos habla que el cristiano, a pesar de comer la Palabra del Señor y sentir eventualmente Su presencia, se puede acostumbrar a ser lisiado y no buscar su sanidad y liberación.
La cojera también se manifiesta en el habla, es decir aquellas personas que son variables en su forma de hablar, porque únicamente tiene conversaciones de derrota, pesimistas, fatalistas y similares (Nm. 13:25-33); con su boca bendicen a Dios, pero también murmuran, hablan mal e incluso maldicen a los demás (Stg. 3:8-12)
La cojera se manifiesta cuando el cristiano no da lo mejor de sí para el Señor, sino que le da lo que le sobra, lo defectuoso, lo que no funciona, lo peor y similares (Mal. 1:12-14). También se aplica al diezmo y la ofrenda, cuando la persona no cumple con ello fielmente al Señor.
A pesar de las consecuencias negativas de la cojera en áreas del alma, la Biblia nos muestra que todos los cojos que se encontraron con el Señor Jesucristo fueron sanos; estos nos enseña que cuando el Señor se manifiesta a nuestra vida es para sanarnos y liberarnos, para alcanzar los propósitos de Dios, veamos:
Estar a los pies de Jesús se refiere a humillarnos ante Él, confiar, esperar y pedirle a Él que sane y libere nuestra alma, y no como algunos que se humillan, confían y esperan en sí mismos o en otras personas para cambiar algo de su vida.
El mismo error lo vemos en lázaro, quien estaba a la puerta del rico, esperándo a recibir algo de comer (Lc. 16:19-21); esto se refiere a cristianos que no confian en el Señor, sino en los hombres para sublir sus necesidades.
El Señor sanó en el templo a los enfermos que se acercaban a Él, entre los que habían cojos. Esto nos enseña que el cristiano debe asistir al templo, es decir, congregarse para buscar al Señor, porque allí Él sanará y liberará su alma, y esto le dará felicidad, alegría y gozo (Is. 35:1-6; Jer. 31:7-8)
Por eso es hay personas que cometen un grave error al no congregarse, porque aunque están lisiados en su alma, no buscan al Señor y prefieren quedarse en su casa u otros lugares, por lo que permanecen en sus enfermedades, incapacidades y esclavitud.
Estos pasajes nos narran que todos los días llevaban a la puerta del templo a un cojo, para que pidiera limosna, pero cuando éste se encontró con Pedro y Juan, quienes tenían el poder de Dios, fue sanado.
Esto nos habla de cristianos que llegan a la iglesia, pero que no han alcanzado la sanidad de la cojera de áreas del alma, por lo que figurativamente se dedican a pedir limosna a los hermanos; limosna de atención, aprecio, ayuda, comprensión, etc. La cojera del alma incluso puede ser causada por espíritus inmundos (Hch. 8:3-8)
El pasaje de Hechos también nos muestra cómo Dios utiliza a los ministros para sanar la cojera del cristiano para ser libre, sano y pueda disfrutar de la novedad de vida que Jesucristo nos ha dado. Aunque el ministro por sí mismo no sana ni libera, es un intrumento de Dios para sanar al cristiano.
La fe es vital para que el cristiano obtenga la sanidad y liberación de la cojera del alma, para creer que Dios tiene el poder para hacer cualquier cosa y que si le creemos, Él hará y perfeccionará la obra en nosotros (Fil. 1:6)
Debemos corregir aquellas cosas que pensamos, hablamos, hacemos o practicamos y que no le agradan al Señor, para que nuestro caminar sea sano, recto y sin inconstancia delante del Señor, por ello debemos consagrarnos y apartarnos para Él.
En el Antiguo Testamento se registran promesas de parte de Dios para sanar a los cojos y lisiados, y en el Nuevo Testamente se ve el cumplimiento de esa promesa, por ello debemos buscar nuestra sanidad y liberación de nuestra alma en Jesucristo, para dejar de ser lisiados y esclavos.
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