Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
2 TIMOTEO 3:16-17 RV-SBT
La Biblia es el único libro inspirado por Dios para mostrar su voluntad al hombre, es el único libro capaz de transformar al hombre, de muerte a vida y de desgracia a felicidad permanente. Es el libro que a pesar de tener innumerables enemigos, en todos los tiempos, ha permanecido, porque está escrito "El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán." (Mt. 24:35)
Es el único libro que contiene la verdad del pasado, presente y futuro de la humanidad y la vida; es el que permitió que el mundo fuera libre del engaño y superstición de la religión pagana.
La Biblia contiene la revelación del sacrificio de Jesucristo por amor al mundo perdido (He. 1:1-3), a ello se debe la importancia de amarla, conocerla, leerla, estudiarla y vivirla.
La Biblia es un conjunto de libros que fueron escritos por la inspiración divina (2 Ti. 3:16) por más de 40 personas a lo largo de un período de 1,600 años; no se contradice sino que sus libros se complementan unos a otros formando una unidad.
Los hombres que escribieron los libros de la Biblia fueron conscientes de que no escribían por sí mismos, sino que era Dios por medio de ellos, por ejemplo: Moisés (Ex. 3:14), Josué (Jos. 1:1), Samuel (1 S. 3:11), David (2 S. 23:2) y Jeremías (Jer. 16:1, 5, 9 y 14).
La Biblia está compuesta de 66 libros agrupados en dos partes: El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, su estructura básica es la siguiente:
Consta de 39 libros que fueron escritos en idioma hebreo y unas pocas partes en arameo. La Biblia hebrea tiene 24 libros y tiene el mismo contenido que el Antiguo Testamento griego y español, porque unen libros que en las versiones cristianas están separados.
Sus 32 autores procedían de diversos niveles de educación y vocación; incluía sacerdotes, profetas, jueces, reyes y pastores.
Los libros del Antiguo Testamento no se escribieron en el orden cronológico en que están en la Biblia; y están organizados en cinco grupos: El Pentateuco, Libros Históricos, Libros Poéticos o de Sabiduría y Libros Proféticos, veamos unos breves datos:
El nombre "Pentateuco" es una palabra compuesta que procede del griego "pente" que significa "cinco" y de "teukos" que es "herramienta o vaina"; la palabra "pentateuco" literalmente significa "cinco volúmenes" y ese nombre se aplica a los cinco libros escritos por Moisés.
También se les llama "la ley", "el libro de la ley de Moisés", "el libro de la ley de Dios" y "la Toráh".
Está formado por los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; estos nombres proceden de la traducción llamada Septuaginta, LXX.
Los hebreos le llaman la "Toráh" que significa ley, y es la primera parte de su Canon.
Consta de doce libros, que abarcan la historia de casi 1,100 años; desde el año 1,405 a.C. hata el 425 a.C.; desde el ingreso a la tierra prometida, bajo la conducción de Josué, hasta el retorno parcial después del cautiverio babilónico.
Proporcionan el marco histórico para el resto del período del Antiguo Testamento, hasta la época de Nehemías y Malaquías.
Está formado por los siguientes libros: Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester.
Los hebreos llamaron a seis de estos libros "Los primeros profetas" o "Profetas anteriores", estos son: Josué, Jueces, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes y los consideran como cuatro libros, así: 1) Josué, 2) Jueces, 3) Samuel y 4) Reyes.
El nombre "Los libros históricos" es una clasificación general de los doce libros desde Josué hasta Ester que dramatizan el movimiento histórico de la nación de Israel en Palestina.
Esta sección está formada por los libros: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
La Biblia hebrea presenta esta sección después de la ley y los profetas, y le llama "Los Escritos" del hebreo "ketubim" que está formada por los libros: Salmos, Proverbios, Job, Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías y 1 y 2 Crónicas.
En la literatura poética se entremezclan diversos géneros de literatura, entre los que ocupa un lugar destacado el género de sabiduría, representado por los libros de Job, Proverbios y Eclesiastés; además de algunos salmos y algunas secciones de otros libros.
Los proverbios suelen presentarse en dos formas: La amonestación y la sentencia. La primera de ellas se reconoce en seguida por la frecuencia de uso del modo verbal imperativo, empleado para aconsejar y exhortar a los discípulos acerca del camino que deben seguir (Pr. 19:18; 20:13; Ec. 7:21). La segunda, la sentencia, consiste en la breve descripción objetiva de una realidad comprobable, de un hecho sobre el cual no se pronuncia ninguna especie de juicio moral (Job 28:20; 37:24; Pr. 10:12; 14:17; Ec. 3:17; Cnt. 8:7).
Junto a estas fórmulas proverbiales, la Biblia utiliza otros modelos didácticos para la transmisión de sus enseñanzas: el poema de sabiduría (Pr. 1–9), el diálogo (Job 3–31), la digresión en el discurso, como en el caso de Eclesiastés, la alegoría (Pr. 5:15–19) y también la oración y la alabanza, como ocurre con los Salmos.
Esta sección la componen los libros: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miquéas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
Los libros proféticos presentan una clase especial de literatura bíblica escrita con un propósito especial durante los últimos siglos de la historia de Israel en el Antiguo Testamento. Los diecisiete libros de profecía complementan los diecisiete libros históricos. Hablan del juicio venidero y los tiempos mesiánicos para estimular al arrepentimiento y al regreso de Israel a la justicia.
Los libros proféticos están agrupados en dos secciones, de acuerdo a la extensión de sus escritos:
I. Profetas Mayores
Se les ha llamado "Profetas mayores" debido a la gran extensión de sus escritos, estos son: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel.
Los profetas fueron parte importante en la historia de Israel, pues eran la voz de Dios instando al pueblo al arrepentimiento.
Isaías tuvo por misión llamar a los de Judá al arrepentimiento, que resultó en que se salvara del juicio divino durante 30 años. Jeremías intentó hacer lo propio en sus días, pero fue rechazado. Lamentaciones contiene los lamentos de Jeremías porque la gran ciudad, Jerusalén y el pueblo de Judá fueron destruidos debido a que rechazaron al Señor. Ezequiel y Daniel fueron llevados al cautiverio babilónico y profetizaron la restauración de Israel antes de la primera venida de Jesucristo y nuevamente en los últimos días.
La profecía de Daniel ocupa un lugar destacado en el Antiguo Testamento y se compara con el libro de Apocalipsis del Nuevo Testamento.
II. Profetas Menores
Asimismo están los llamados "Profetas menores"; a éstos se les llama "menores" debido a que sus escritos son cortos. Este grupo está formado por: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
Vale mencionar que en el canon hebreo estos doce profetas forman un solo libro.
Estos profetas fueron levantados por Dios en momentos estratégicos de la historia de Israel para hacerlo volver de su rebelión.
III. La Biblia Hebrea
En la Biblia hebrea los profetas están agrupados en dos secciones, primero, los Primeros Profetas o Profetas Anteriores que lo conforman: Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes; en segundo lugar están los Últimos Profetas o Profetas Posteriores y lo conforman: Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce Profetas o el Libro de los Doce (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías).
Entre el final del Antiguo Testamento y el nacimiento de Jesús pasaron más de 400 años, en los que Israel no tuvo profeta que les revelara el mensaje de Dios. Por ello se le ha llamado los "años de silencio" y finalizaron con la llegada del profeta Juan el Bautista.
El Nuevo Testamento es el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento se relata lo que Dios habló "en otro tiempo a los padres por los profetas", pero el Nuevo Testamento relata esa palabra final que habló en su Hijo, en la que toda la revelación anterior quedó resumida y confirmada. El Antiguo Testamento registra el testimonio de los que vieron el día de Cristo antes que amaneciera, el Nuevo Testamento registra el testimonio de los que lo vieron y lo oyeron en los días de su carne, y que llegaron a comprender y a proclamar el sentido de su venida más plenamente, por el poder de su Espíritu, después de su resurrección de entre los muertos.
Mientras que la preparación del Antiguo Testamento abarcó un período de más de 1,000 años, los libros del Nuevo Testamento se escribieron en menos de un siglo.
El Nuevo Testamento está formado por 27 libros que fueron escritos en griego koiné y se distribuyen en cuatro grupos: (a) los evangelios, (b) los Hechos de los Apóstoles, (c) 21 cartas escritas por apóstoles y "hombres apostólicos" y (d) el Apocalipsis.
Veamos algunos datos acerca de los libros del Nuevo Testamento:
La palabra "evangelio" viene de una voz griega que significa "buenas noticias". Estos son cuatro libros: Evangelio de Mateo, Evangelio de Marcos, Evangelio de Lucas y el Evangelio de Juan.
Cuando, después de la muerte y resurrección de Jesucristo, los apóstoles y sus discípulos empezaron a anunciar la buena noticia de la salvación que Dios les ofrecía por medio de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, fácilmente encontraron que el término "evangelio" era el más adecuado para designar ese mensaje. Pablo usa este término para referirse al mensaje que él predicaba a los no judíos (Ro. 1:1, 9, 16; 1 Co. 15:1).
Poco a poco la palabra "evangelio" fue convirtiéndose en la designación técnica de los cuatro relatos de la iglesia apostólica que nos hablan de Jesús, de sus hechos, de sus palabras y de su sufrimiento, muerte y resurrección. De esta manera se habla del Evangelio de Mateo, de Marcos, de Lucas o de Juan, y también se habla de "los cuatro evangelios".
Cada evangelio tiene su perspectiva y manera de narrar la historia de Jesucristo. Estos diversos enfoques se explican por los diversos grupos de lectores a que se dirigen, y por el carácter propio de cada evangelista.
En este pequeño documento general desde el punto de vista histórico acerca de la Biblia vemos que es importante que todo hijo de Dios conozca cómo es que Dios ha guardado la Biblia de muchos enemigos que han querido destruirla, para comprender el gran valor que tiene como herencia cristiana y más aún como la Palabra de Dios, que nos cambia y transforma.
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