REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino. Que prediques la palabra; que instes á tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme á sus concupiscencias, Y apartarán de la verdad el oído y se volverán á las fábulas.
2 TIMOTEO 4:1-4 RV1909
La Biblia nos enseña que el peligro de mezclar lo verdadero con lo falso siempre ha acechado y perjudicado al pueblo de Dios, a Israel en el Antiguo Testamento y a la iglesia en el Nuevo.
Por ello el apóstol Pablo advierte que hay personas que no sufren la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonan maestros conforme a sus concupiscencias, apartan su oído de la verdad y se vuelven a las fábulas1.
La comezón de oír da lugar a las mezclas de algunas de las enseñanzas del evangelio de Jesucristo con falsas enseñanzas, fábulas,2 mitos3 y leyendas que dan como resultado "evangelios" extraños y falsos ministros que anuncian a otro Jesús, otro evangelio y ministran otro espíritu (2 Co. 11:3-4).
Por ello hay cristianos, congregaciones, misiones y denominaciones que se han apartado de Cristo para seguir evangelios extraños; pues el enemigo les envió falsos ministros que las perturbaron4 (Gá. 1:6-8).
La palabra "sincretismo" se deriva del griego synkrētismós y se refiere a la coalición de dos adversarios contra un tercero'; es el sistema en el que se mezclan, funden, unen o concilian diferentes doctrinas, creencias o elementos religiosos1.
Asimismo en en el libro de Daniel vemos que las mezclas2 (Dn. 2:41) están presentes en la última parte de la estatua que vio Nabucodonosor; y esas mezclas3 se realizan por medio de alianzas humanas (Dn. 2:43). Es decir que el sincretismo es uno de los movimientos de error que tiene auge en los tiempos finales para atacar, contaminar, engañar, desviar y destruir a la iglesia del Señor.
Veamos algunos de los casos en los que Israel o la iglesia cayeron en el error del sincretismo:
No destruyeron a los pueblos que Jehová les dijo; antes se mezclaron1 con las naciones, y aprendieron sus obras, y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre. Se contaminaron así con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos. RV1909.
Cuando Israel salió de Egipto no se despojó de la idolatría que allí aprendió (Am. 5:25-26; Hch. 7:40-43); asimismo se llevó de Ramesés1 a una gran multitud de gente mezclada2 (Ex. 12:38 VM; LBLA; KJV; HNV) quienes, por ejemplo, tenían sus propias costumbres y religión; posteriormente esa gente con la que se mezcló3 (Nm. 11:4) los provocó a llorar por comer carne, recordar la comida que según ellos era gratis (Nm. 11:5) y que de esa manera despreciara el maná y al Señor (Nm. 11:6; 20).
Esto nos enseña que cuando la iglesia se mezcla con el mundo corre el peligro de caer en el sincretismo y menospreciar al Padre, a Jesús (Jn. 6:48-51) y su Palabra.
En Éxodo 32 vemos que cuando Aarón no subió al monte con Moisés para tener comunión con Dios, introdujo el sincretismo en el pueblo, pues formó un becerro de fundición de los zarcillos de oro (v. 4), edificó un altar delante del becerro y le pregonó al pueblo que al día siguiente harían fiesta al Señor (v. 5); luego el pueblo madrugó, ofreció holocaustos, presentó ofrendas de paz; se sentó a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
Esto nos enseña que cuando los ministros no se han despojado de las creencias paganas y no tienen comunión con Dios conducen a la iglesia hacia el sincretismo y a volver a practicar la idolatría de donde el Señor la sacó.
A pesar de que Josué advirtió a Israel de que no se mezclara con los habitantes de Canaán (Jos. 23:6, 12), ellos no obedecieron, sino que se mezclaron y practicaron el sincretismo cuando mezclaron el culto a Jehová con las prácticas paganas idolátricas de los gentiles.
En Jueces 8:27 vemos el sincretismo que Gedeón introdujo en Israel, pues hizo un efod con el que todo Israel fornicó y lo mantuvo, u otro similar, por mucho tiempo (Os. 3:3-4).
En los versos previos al 27 leemos que antes de hacer el efod, Gedeón obtuvo grandes victorias sobre Madian; se vengó y mató a quienes no le ayudaron (Jue. 8:5-9; 14-17).
Esto nos enseña que cuando los ministros o líderes se dejan llevar por las victorias y su carácter pueden cometer el error de introducir el sincretismo en la iglesia, conduciéndola a la idolatría (V. 27).
En el judaismo del Antiguo Testamento el efod era parte de las vestiduras del sumo sacerdote (Ex. 28:1-33) y de los sacerdotes, por lo que el efod que hizo Gedeón nos habla de que el sincretismo inventa sus propias vestiduras a imitación de las verdaderas; también inventa sus coberturas, ministerios y ministros que conducen a la iglesia a la fornicación e idolatría.
El efod también se utilizaba para consultar al Señor (1 S. 23:9-12; 30:7-8); por ello el efod de Gedeón nos habla de que en el sincretismo no se busca la guía de Dios; sino que, por ejemplo, de los hechiceros y adivinos (1 S. 28:7-8).
En Jueces 11:30-31 vemos el sincretismo que Jefté introdujo en Israel, pues hizo voto a Jehová de hacer un sacrificio humano y por ello sacrificó a su hija (v. 39).
En los versos previos al 30 leemos que antes de hacer el voto del sacrificio humano, Jefté obtuvo una gran victoria sobre los amonitas (Jue. 11:32-33).
Esto una vez más nos enseña que cuando los ministros o líderes no se han despojado de las creencias paganas y se dejan llevar por las victorias, corren el peligro de introducir el sincretismo en la iglesia, provocando la muerte espiritual o física incluso de los hijos (v. 39).
Hay que prestar atención al hecho de que estos casos de sincretismo ocurrieron cuando no había rey en Israel y cada quién hacía lo que le parecía bien (Jue. 17:6).
En Jueces 17 vemos el sincretismo que se originó en la familia de Micaía, pues ésta mezcló aspectos de la religión judía con los de religiones paganas; sus dioses falsos e idolatría; Micaía tuvo un templo con dioses falsos; hizo ídolos y un efod (v. 4-5); inventó un sacerdocio (Jue. 17:5) e incluso un levita realizó las funciones sacerdotales de ese nuevo culto (Jue. 17:7-13).
Los dioses y el templo que Micaía hizo para ellos nos hablan de que el sincretismo conduce a diversas formas de idolatría.
Micaía fue más lejos que Gedeón porque inventó un sacerdocio para su culto derivado del sincretismo y en él consagró a uno de sus hijos. Esto nos enseña que el sincretismo inventa sus propios cultos, ritos y sistemas ministeriales que no son los establecidos en la Biblia sino que los imitan o se hacen pasar por verdaderos.
El libro de Jueces deja ver que Micaía pertenecía a una familia con abundancia económica (v. 1-4, 10); lo que nos enseña que hay cristianos que practican el sincretismo en su casa o círculo familiar y pueden llegar a introducirlo en la iglesia; asimismo enseña que el sincretismo puede entrar a la iglesia por medio de algunos miembros influyentes política, social o económicamente.
En Jueces 18 vemos que el sincretismo que se originó con Micaía se extendió a la tribu de Dan, pues ellos se llevaron de la casa de Micaía a los dioses falsos tallados y fundidos, los ídolos, el efod y al levita (v. 17-20); luego en su territorio levantaron la imagen tallada y pusieron como sus sacerdotes a Jonatán y sus hijos (v. 30-31).
Asimismo después de que la tribu de Dan venció a los habitantes de Lais establecieron para ellos el culto derivado del sincretismo. Esto nos enseña que cuando alguna congregación, misión o denominación se deja llevar por las victorias o por algunos de sus miembros influyentes, corre el peligro de copiar y caer en el sincretismo que anteriormente unos pocos creían y practicaban.
En 1 Reyes 12 vemos el sincretismo que el rey Jeroboam introdujo en Judá, pues que con tal de mantener el reinado hizo dos becerros de oro, le dijo al pueblo que eran sus dioses que lo hicieron subir de Egipto (v. 28); puso uno en Betel y el otro en Dan (v. 29) para que el pueblo adorara delante de ellos (v. 30); hizo centros de culto, estableció sacerdotes y el mismo realizaba funciones de ese sacerdocio (v. 31-32; 33); estableció sus propias fiestas como imitación de las verdaderas (v. 32) e hizo fiestas para el pueblo (v. 33).
Esto nos enseña que el sincretismo conduce a la falsa doctrina de la prosperidad y al amor al dinero (v. 28-30); establece sus propios centro de culto y sus propios ministros (v. 31-32; 33); se inventa y establece celebraciones religiosas que imitan a las verdaderas (v. 32) y fiestas para el pueblo (v. 33).
En 2 Reyes 17:24-33 vemos el sincretismo que el rey de Asiria introdujo en Israel, pues llevó a Samaria gente de Babilonia, Cuta, Ava, Hamat y Sefarvaim (v. 24); hizo que un sacerdote les enseñara como temer al Señor (v. 27-28); aunque ellos hicieron sus dioses (v. 29-30), hicieron del pueblo sacerdotes de sus religiones mezcladas (v. 32); y temían a Jehová y honraban a sus dioses (v. 33).
Esto nos enseña que los gobernantes seculares en algún momento pueden llegar a imponer el sincretismo en la iglesia produciendo una religión extraña, en la que la gente hace sus dioses (v. 29-30), pone sus ministros (v. 32); temen a Dios y sigue honrando a sus dioses falsos (v. 33).
El sincretismo es un arma que el enemigo está utilizando desde tiempos antiguos para contaminar aquellos corazones que tienen tibieza en su fe, a fin de confundirlos para que no alcancen la estatura que Dios desea sino que se alejen avergonzados en la Parousia de nuestro Señor Jesucristo; por ello debemos estar preparados y escudriñar las escrituras a fin de discernir cualquier doctrina que no tenga fundamento Bíblico y evitar ser contaminados con lo que vemos, leemos u oímos.
No debemos dejarnos guiar por nuestros sentidos naturales para juzgar lo que sucede a nuestro alrededor porque de lo contrario podríamos ser engañados, que es el propósito del sincretismo, antes debemos ser guiados por el Espíritu Santo en todos nuestros caminos porque Él nos guiará a toda verdad (Jn. 16:13).
Iglesia de Cristo Ebenezer Villa Nueva, Ministerios Ebenezer
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