El podcast de hoy está basado en la Carta a los Colosenses 2:18-19 (RV-SBT): 18 Nadie os prive de vuestro premio, complaciéndose en afectada humildad y culto de ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su mente carnal, 19 y no asiéndose a la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento de Dios.
Escuchemos acerca de la necesidad de cada cristiano de crecer espiritualmente con constancia; y aprendamos a echar raíces profundas, aferrarnos a Cristo y alimentarnos de la Palabra de Dios.
En nuestro caminar cristiano, es fundamental mantener un crecimiento espiritual continuo. La Biblia nos muestra que, al igual que Samuel crecía delante de Jehová (1 Samuel 2:26), nosotros también debemos desarrollarnos espiritualmente para no "dejar caer a tierra la palabra de Dios".
El estancamiento espiritual tiene consecuencias significativas. Cuando un cristiano deja de crecer, pierde capacidad de discernimiento y se vuelve vulnerable, como niños espirituales fácilmente engañables. En un mundo donde estrategias buscan limitar nuestra capacidad intelectual, el crecimiento espiritual se convierte en una protección esencial.
Las Escrituras nos presentan varios modelos de crecimiento:
La analogía agrícola en la Biblia nos enseña la importancia de echar raíces. Un árbol con raíces superficiales se cae fácilmente, igual que el cristiano que no profundiza en su fe. Necesitamos raíces que nos anclen firmemente para resistir las tormentas de la vida.
El apóstol Pablo nos enseña en Colosenses 2:19 la importancia de estar "asidos a la cabeza", que es Cristo. La palabra griega "krateo" significa aferrarse, tomarse de algo y no soltarse. Este aferramiento a Jesús es lo que produce crecimiento genuino, especialmente en medio de pruebas y adversidades.
Job 39:4 y Eclesiastés 2:6 nos muestran que el crecimiento viene mediante el alimento adecuado:
Estos elementos representan la Palabra de Dios, nuestro alimento espiritual esencial. La dedicación a la lectura bíblica libera nuestro intelecto, restaura nuestra alma y produce un crecimiento impresionante.
Samuel crecía "cerca de Jehová", "con Jehová" y "delante de Jehová". La presencia divina es el ambiente natural donde ocurre el crecimiento espiritual. Buscar conscientemente la presencia de Dios mediante la congregación, la alabanza y la preparación espiritual abre el camino para nuestro desarrollo.
Pensemos en hombres como William Tyndale, Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, quienes arriesgaron sus vidas para que tengamos la Biblia en nuestro idioma. Su sacrificio nos desafía a valorar y dedicar tiempo a la Palabra que ahora tenemos hasta en nuestros teléfonos.
Dios quiere que crezcamos continuamente hasta "la estatura del varón perfecto". Este crecimiento proviene de Él (1 Corintios 3:6), pero requiere nuestra cooperación: echando raíces, aferrándonos a Cristo y alimentándonos de Su Palabra. En un mundo que busca mantenernos como niños espirituales, el crecimiento constante no es opcional—es esencial para cumplir nuestro propósito de ser luz en las tinieblas.
Iglesia Cristiana Ebenezer Villa Nueva
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