5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? 6 ¿No es má[...]
El Lucero fue un querubín ungido1, grande, que cubría2 y protegía; era perfecto en todos sus caminos; pero a causa de la multitud de sus contrataciones entró en él la Maldad, fue lleno de la Iniquidad y pe[...]