LAS «PROFECÍAS MAYAS» Y EL FIN DEL MUNDO

Seguramente la mayoría de nosotros estamos enterados de que hace algunas semanas se estrenó la película titulada "2012", que con mucha imaginación intenta proyectar los eventos del "fin del mundo". No es la primera vez, ni será la última, en que Hollywood "adoctrina" al mundo respecto a eventos futuros, que tienen marcados trasfondos religiosos, por supuesto, no cristianos.

En el ambiente han surgido libros, documentales, generalmente de tendencia esotérica, y, hace poco, la película "2012" que hacen referencia al calendario1 y a las profecías mayas del Códice Dresden, específicamente la última, que supuestamente predice la alineación del Sol con el centro de la Vía Láctea —evento que ocurre cada 26,000 años— y otros eventos que provocarán la destrucción del planeta tierra por una gran inundación el 21/12/2012.

Como era de esperarse dicha información ha provocado temor en las personas, incluyendo a muchos cristianos.

Adicionalmente la información acerca de las profecías mayas pronostica que después del 2012 iniciará una "nueva era"(?) y el mensaje humanista que generalmente se desprende de ella se dirige hacia la búsqueda de la "unidad mundial"(!) para prevenir que nuestra civilización sea repentinamente destruida; conceptos que, interesantemente, coinciden con la filosofía de la Nueva Era3.

Cabe indicar que el uso de las predicciones de eventos catastróficos mundiales, que se caracterizan por contradecir el contexto Bíblico, para atraer a las masas ha sido muy utilizado por algunas corrientes religiosas no cristianas4.

Sin embargo, pese a esa información, cuando vamos a la Biblia para conocer el tiempo y los principales eventos naturales que conducirán al fin del planeta tierra vemos una realidad distinta a la que se ha enseñado al mundo.

De forma general vemos que la Biblia indica que el fin del planeta tierra estará precedido por eventos trascendentales; por ejemplo, se presentarán falsos cristos que engañarán a muchos; habrán guerras y rumores de guerras; se levantará nación contra nación, y reino contra reino; habrán pestes, hambres y terremotos, pero eso solo será el principio de dolores, pero no el fin (Mt. 24:4-8).

Luego tendrá lugar la parusia5 del Señor, cuando vendrá para llevarse a su Novia, su amada, aquellos que murieron a sí mismos por amor al Señor y que son parte de la Iglesia (1 Ts. 4:15-18; 5:23; 2 Ts. 2:1-4). A este evento también se le conoce generalmente como Arrebatamiento o Rapto.

Posterior al arrebatamiento -o rapto- habrá un período de siete años, conocidos como la tribulación y gran tribulación, en el que habrá sufrimiento y gran persecución para aquellos cristianos que no se encontraron dignos para irse con el Señor (Lc. 21:36). Luego habrá otro período de 1000 años de paz en el que reinará el Señor Jesús sobre las naciones (Is. 11:1-10).

Posteriormente empezarán los eventos que conducirán a la destrucción del planeta tierra; es decir al fin del mundo, pues la tierra arderá con fuego y será destruida, pues leemos "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!" (2 P. 3:10-12).

Pero nosotros -queridos lectores- los hijos de Dios, los que hemos nacido de nuevo, esperamos "[...] según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia." y estar para siempre con el Señor (2 P. 3:13); porque no nos preparamos para el fin del mundo, sino para el maravilloso encuentro con nuestro amado Jesucristo, pues leemos "Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz." (2 P. 3:14).

Este artículo fue publicado por primera vez en el año 2012.